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martes, 8 de febrero de 2011

Vuelve el caviar negro ruso


Los consumidores europeos ya pueden saborear, después de casi una década de prohibición, el carísimo caviar negro ruso, pero el esturión de donde se extraen las huevas es de piscifactoría. Rusia no ha exportado ni una hueva de caviar negro de esturión desde 2002, aseguró un portavoz de la Agencia Federal de Pesca de ese país. Se refería al caviar negro legal, pues los pescadores furtivos siguen capturando clandestinamente esturiones en el mar Caspio y venden cientos de kilos de las preciadas huevas pese a la moratoria oficial, que el Gobierno ruso está decidido a mantener, para renovar la especie en peligro de extinción.

La AFP ha permitido la reanudación de las exportaciones: inicialmente 150 kilos de caviar por año, a la Unión Europea, mercado copado desde hace años por Irán, donde la pesca furtiva del prehistórico pez es castigada con la pena de muerte. “Es un volumen considerable”, dijo Andréi Kraini, jefe de la AFP, aunque la cifra esté muy lejos de las más de 1.000 toneladas que exportaba anualmente la Unión Soviética, ritmo de capturas que estuvo a punto de esquilmar la especie.
Las huevas del caviar negro proceden ahora de peces criados en las piscifactorías de Kaluga, no lejos de Moscú, y Samara, a orillas del Volga. Rebasa los 32.000 rublos el kilo –1.000 dólares–, que se disparará al llegar a los mercados europeos. El precio del caviar de esturión salvaje ilegal alcanza los 1.600 dólares en el mercado negro ruso y 5.000 dólares en Europa.
La prohibición rusa fue una consecuencia de la decisión de la Unión Europea de prohibir las importaciones de caviar negro del mar Caspio en 2002, decisión secundada por Estados Unidos en 2005. Actualmente, Rusia únicamente permite la comercialización de unas 9 toneladas de esa exquisitez, en su mayoría procedentes del esturión capturado en el río siberiano Lena.
Aunque tarde, Rusia optó a tiempo por la producción industrial de caviar, para lo que el Gobierno financiará la apertura de nuevas piscifactorías , con el fin de producir anualmente varios cientos de toneladas. No obstante, no le será fácil recuperar el lugar de privilegio que abandonó hace casi una década, pues el caviar procedente de Irán es ahora el más apreciado por su calidad. Los iraníes apenas lo consumen pues el ayatolá Jomeini lo prohibió al considerarlo impuro: el Corán, al parecer, no permite la ingesta de pescado sin escamas.
Las piscifactorías europeas producen ya cientos de toneladas anuales de caviar negro cada año, aunque su calidad no puede compararse con las exquisitas huevas de los esturiones que viven en el Caspio desde hace millones de años. "Ocho años deben pasar para que un esturión madure, ocho minutos para extraer el caviar y ocho segundos para saborearlo", señaló el suizo Peter Rebeiz, pionero del negocio. La principal amenaza para los esturiones son los pescadores furtivos, que utilizan toda clase de métodos, entre ellos explosivos submarinos, que matan indiscriminadamente a todo pez que se cruce en su camino.
Los rusos denuncian que mientras ellos crían esturiones en reservas y los sueltan en el río Amur para que crezcan en su hábitat natural, los chinos pescan de manera incontrolada, lo que impide que los ejemplares alcancen la edad madura y produzcan huevas. Los furtivos, que forman parte de un negocio que mueve unos 500 millones de dólares anuales, cuentan con lanchas motoras y sónares, mientras que los defensores de la naturaleza se las tienen que arreglar con pequeñas barcas con motor fueraborda.
El esturión, que puede llegar a pesar varios cientos de kilos, necesita hasta 25 años para alcanzar la madurez sexual y algunas especies únicamente se reproducen cada 3 o 4 años. En los últimos años, debido a la carestía y la escasez del caviar negro, se ha popularizado el rojo, que se extrae del salmón que desova en los ríos siberianos, especialmente en el Amur, frontera natural entre Rusia y China.

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